Los activos son posesiones propiedad de una empresa o un individuo que tienen un valor asociado. Pueden ser físicos o intangibles. Los activos físicos, como edificios, maquinaria y vehículos, son cosas tangibles que se pueden ver y tocar. Los activos intangibles son, por ejemplo, las patentes, las marcas o el fondo de comercio. Tienen valor, pero no se pueden poseer físicamente. Su principal característica es que contribuyen a la salud financiera de una empresa. Generan ingresos, ahorran costes o pueden venderse para generar efectivo. Gestionarlos es crucial para que las empresas sigan siendo rentables y mantengan o incluso aumenten su valor.
Origen del concepto
Ya en la época de las civilizaciones antiguas, como la romana, los comerciantes y artesanos utilizaban sistemas para llevar un registro de sus activos e ingresos. El término «activo», tal y como lo conocemos hoy en día, tomó forma durante el desarrollo del sistema contable moderno en el siglo XV. El monje italiano Luca Pacioli introdujo el sistema de contabilidad por partida doble en 1494. Este sistema dividía la propiedad en activos y pasivos. Los activos entonces, como ahora, eran posesiones que añadían valor a una empresa. Esta forma de concebir el activo y el pasivo sentó las bases de la información financiera que utilizamos hoy en día.
Así funciona
Los activos desempeñan un papel crucial en las operaciones empresariales cotidianas. Ayudan a las empresas a generar ingresos o reducir costes. La gestión empieza por identificar qué activos añaden valor. Este valor puede variar en función de su naturaleza. A continuación se clasifican en distintas categorías, como activos fijos (edificios, maquinaria), activos corrientes (existencias, efectivo) y activos inmateriales (patentes, derechos de marca). Cada tipo tiene su propia función dentro de una empresa. Por ejemplo, los activos fijos pueden utilizarse para fabricar productos, mientras que los activos corrientes pueden convertirse rápidamente en efectivo para cubrir gastos a corto plazo. Una buena gestión garantiza que su empresa funcione de forma más eficiente y esté mejor preparada para el crecimiento futuro.
El papel de los activos
Los activos desempeñan un papel clave en la consecución de sus objetivos empresariales. Haciendo un uso inteligente puede mejorar la eficiencia y rentabilidad de su organización. Empieza por hacer un inventario de todo lo que posees. Piense en edificios, equipos, vehículos y propiedad intelectual, como marcas y patentes. A continuación, puede utilizarlos estratégicamente para optimizar sus procesos empresariales. Por ejemplo, puede utilizar activos fijos, como maquinaria, para aumentar la producción, mientras que puede utilizar activos corrientes para responder rápidamente a las oportunidades del mercado. Además, puede utilizar activos intangibles, como patentes, licencias o valores de marca, para obtener ventajas competitivas y aumentar el valor de su empresa.
Legislación
La gestión y el uso dentro de una organización están regulados por diversas leyes y normas contables. A las empresas que operan en los Países Bajos, por ejemplo, se les aplican las normas del Código Civil y las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Estas normas prescriben cómo valorar e incluir en sus estados financieros. Por ejemplo, las empresas deben amortizar periódicamente los activos fijos para reflejar con exactitud su valor. Los activos intangibles, como la propiedad intelectual, están sujetos a normas específicas sobre derechos de propiedad y protección. Además, hay normas fiscales que determinan cómo se tributa. Por ejemplo, las inversiones pueden tener derecho a beneficios fiscales, como deducciones por inversión. Como empresario, es esencial conocer estas normas para evitar sanciones y problemas legales.
Evolución reciente
El mundo cambia constantemente, sobre todo debido a los avances tecnológicos y a las nuevas leyes y normativas. Uno de los avances más notables es la digitalización de la gestión. Cada vez más empresas utilizan sofisticados programas informáticos para gestionar su organización. Esto les permite tomar decisiones más rápidas y precisas. Además, la sostenibilidad desempeña un papel cada vez más importante en la gestión. Las organizaciones buscan formas de hacer que sus activos sean más eficientes desde el punto de vista energético o de reducir su huella de carbono. También hay nuevas normas contables que obligan a las empresas a ser más transparentes sobre el valor y el uso de los activos intangibles, como los datos y la propiedad intelectual.
Gestión
A la hora de gestionar activos, es importante tener en cuenta varios factores para evitar errores e ineficiencias. En primer lugar, asegúrese de tener una visión de conjunto completa y actualizada. Esto evitará sorpresas y le ayudará a tomar mejores decisiones estratégicas. Además, es esencial evaluar periódicamente el valor. Esto se aplica tanto a los activos fijos como a los intangibles. Si realiza el mantenimiento oportuno y comprueba el desgaste, prolongará la vida útil de los activos físicos. También es importante prestar mucha atención a la depreciación. Esto garantiza que su balance ofrezca una imagen realista del valor de su empresa. Por último, siempre hay que estar al tanto de las leyes y reglamentos pertinentes para evitar riesgos legales.
El papel de TriFact365 en la mejora de la gestión de activos
TriFact365 puede desempeñar un papel importante en la mejora de la gestión dentro de su organización. Esta plataforma ofrece soluciones automatizadas para procesar la administración financiera. Al utilizar la automatización de TriFact365, puede gestionar de forma más eficiente. Piense, por ejemplo, en un procesamiento más rápido de las facturas de compra. Esto evita errores y garantiza que siempre disponga de una imagen actualizada. Esto le ayuda a tomar decisiones estratégicas sobre el mantenimiento, la sustitución o la venta, lo que permite a su organización funcionar de forma más rentable y sostenible.