ESG son las siglas en inglés de «Environmental, Social, and Governance». Es un término que ayuda a las empresas a evaluar su sostenibilidad y responsabilidad social. La «E» se refiere a cuestiones medioambientales como el cambio climático y la contaminación. La «S» se refiere a factores sociales, como las condiciones de trabajo y la diversidad. Por último, la «G» se refiere a la gobernanza, que gira en torno a las prácticas empresariales y la ética. ESG no es sólo una palabra de moda; es una parte esencial del funcionamiento de las empresas hoy en día.
Los orígenes
Las ESG surgieron de la necesidad de evaluar las empresas de forma más amplia que sólo en función de los resultados financieros. En la década de 1960, los inversores empezaron a fijarse en las inversiones éticas. Esta tendencia evolucionó y dio lugar a la aparición de los criterios ASG en la década de 2000. El término se popularizó cuando las Naciones Unidas lanzaron los Principios de Inversión Responsable (PRI) en 2006. Esto supuso un hito que generalizó los criterios ASG.
Legislación
La ASG está cada vez más regulada. Los gobiernos y las organizaciones internacionales han creado directrices y leyes para obligar a las empresas a integrar criterios ASG. En Europa, la Unión Europea es precursora con la introducción de la Taxonomía de la UE. Esta normativa ayuda a empresas e inversores a definir lo que constituyen inversiones sostenibles. También en otras partes del mundo, las normas ESG son cada vez más estrictas. Las empresas que no las cumplen se arriesgan a daños a su reputación y a multas.
Si tiene en cuenta estos puntos, su empresa no sólo podrá cumplir la legislación, sino también crear valor tanto para los accionistas como para la sociedad.
Acontecimientos recientes
En los últimos años, hemos asistido a un fuerte aumento de la atención prestada a las cuestiones ASG. Los inversores, los clientes y los reguladores juzgan cada vez más a las empresas por sus resultados en materia de ASG. Una importante novedad reciente es la introducción de requisitos de información más estrictos. La UE introdujo la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que obliga a las empresas a compartir información detallada. También vemos una tendencia creciente en la financiación verde, con inversores que optan específicamente por proyectos sostenibles. Esto demuestra que la ASG no es sólo un añadido opcional, sino una parte crucial de las operaciones empresariales modernas.
Alternativas
Aunque ESG parece ser la norma, existen alternativas que también demuestran su valía. Una de las alternativas más conocidas es la Triple Bottom Line (TBL), que se centra en las personas, el planeta y los beneficios. El TBL hace hincapié en el equilibrio entre los resultados sociales, medioambientales y económicos, lo que es similar al ESG, pero con un enfoque ligeramente diferente. Otra alternativa es el concepto de inversión de impacto, que se centra en la realización de inversiones que no sólo ofrecen rendimientos financieros, sino también impactos sociales o medioambientales positivos. Cada uno de estos enfoques tiene sus puntos fuertes, dependiendo de los objetivos y valores de la empresa.
ESG Investigaciones complementarias
Si quiere saber más sobre ESG, hay varias formas de profundizar sus conocimientos. Empiece por leer los informes de las empresas que marcan el camino. Así sabrá cómo aplican y comunican sus estrategias. Además, muchos cursos y talleres en línea ofrecen información en profundidad sobre este tema. También puede recurrir a los análisis y puntuaciones de organismos reputados como MSCI o Sustainalytics para comprender cómo se califica a las empresas en función de su rendimiento. Por último, es valioso mantenerse al tanto de los últimos avances a través de fuentes de noticias y bibliografía profesional para estar siempre al día en este dinámico campo.
